Humaniza tu marca y apuesta por la comunicación emocional
por Redacción
en Buenas prácticas
Algunos dicen que la comunicación emocional no vende, pero eso no es exactamente así porque la comunicación emocional vende cuando resulta emocionante. Por mucha era 2.0, somos personas y en cuestión de marcas nos movemos por sentimientos. Nos encanta que nos enamoren, que se esfuercen por hacernos felices y sobre todo que nos escuchen y nos tengan en cuenta.
Gracias a las redes sociales las empresas cuentan con un nuevo canal para acercarse a sus usuarios, romper con la comunicación unilateral que caracterizaba la relación anunciantes y consumidores y crear vínculos estables. Las agencias de comunicación explican que no hay nada que le guste más a un cliente que saber que «su marca» se preocupa por él, por ello agradecen con su fidelidad a aquellas que atienden sus sugerencias, aceptan sus críticas y responden sus dudas.
De tú a tú
Los expertos en comunicación y marketing saben que las reglas del juego han cambiado y que en sus estrategias no pueden olvidarse del contacto directo con sus clientes potenciales, fomentando una relación basada en la conversación, la bidireccionalidad y la empatía.
Es cierto que las marcas no son personas, pero quién las dirigen sí lo son y por ello se toman muy en serio el papel que juegan las emociones en las decisiones de compra.
Las empresas deben tratar a todos y cada uno de sus clientes con la misma dedicación, incluidos a los descontentos, es más, a estos habría que cuidarlos más aún. Un error muy común entre las marcas pasa por invertir esfuerzos en captar nuevos consumidores y olvidarse de luchar por mantener a los que ya se tienen, cuando esto es mucho más importante y a la larga más beneficioso, puesto que no hay mejor recomendación que la que proviene de un usuario satisfecho.
Emoción y verdad
A la hora de dotar de sentimiento a una marca no podemos caer en el error de crear una percepción irreal o falsa, porque es entonces cuando los clientes empiezan a desconfiar y se alejan. No se puede dar gato por liebre porque toda marca tiene por objetivo vender más y esto es algo que los usuarios saben, así que nada de negarlo.
La clave está en generar emociones positivas y experiencias agradables en el consumidor, tanto en el momento de la compra como posteriormente. Esto dotará a la marca de un valor añadido que irá más allá de los productos o servicios que ofrezca. En otras palabras, hay que ser capaz de conseguir que el cliente consuma una marca no sólo porque le guste el producto sino por lo que le hace sentir, por las emociones que lo rodean.
Para llegar a este punto, las empresas tienen que saber muy bien cómo comunicar sus valores y trabajar en definir y transmitir una imagen de marca que los potencie. Este proceso no es sencillo y requiere de un estudio previo, de una planificación y de una buena organización pero si se hace bien se conseguirá crear una comunidad de fieles consumidores.
La agencias de comunicación lo tienen claro, los consumidores buscan marcas emocionantes y para ello hay que saber crear, explotar y comunicar experiencias que toquen la fibra del consumidor y se conviertan en inolvidables.