El usuario es quién decide desde que red social interactuar con las marcas
La primera decisión que tiene que tomar una marca a la hora de diseñar una estrategia de comunicación online es elegir en qué redes sociales tener presencia. Y para ello es imprescindible que observe a su público, porque no se puede obligar a los usuarios a estar en las plataformas que uno quiere. Las agencias de comunicación lo tienen claro: las empresas tienen que tener presencia en los canales dónde se encuentre su público objetivo.
Así que nada de tirarse de cabeza a abrir perfiles en Facebook o Twitter, porque sean las plataformas con más actividad y usuarios. Lo importante es averiguar si es el canal que quiere usar nuestro cliente para contactar con nosotros. En las redes sociales es la audiencia quién decide cómo y cuándo quiere contactar con una empresa, no al revés.
Estudiar el entorno
Observar qué hacen nuestros competidores y cuál es su comportamiento online nos puede dar pistas sobre lo que quiere nuestro target y, lo más importante, sobre lo que no quiere. Ver en qué redes sociales está y qué resultado está obteniendo también nos puede dar pistas sobre si vale la pena o no apostar por ese canal.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que cada día surgen nuevas plataformas sociales. Hay de muchos tipos y algunas están especializadas en sectores, algo realmente muy útil porque permiten poner directamente en contacto a empresas con su público objetivo. Así que estudia lo que puede ofrecerte el mercado antes de actuar.
Constancia
Los expertos en comunicación explican que uno de los principales errores que comenten las compañías en social media es el esperar resultados al instante. La inmediatez y velocidad son adjetivos que definen la era 2.0 y eso hace que las marcas piensen que en dos semanas ya van a ver cómo se duplica su número de seguidores. Una estrategia digital requiere de una buena planificación y paciencia.
Los frutos llegarán pero no con el primer tuit, porque no se puede crear una comunidad en un minuto hay que ir trabajando las interacciones con nuestra audiencia, ir creando vínculos de unión y confianza para que el usuario se acabe convirtiendo en un cliente.
Y sobre todo no hay que obsesionarse por el número de fans. De nada va a servir tener cientos de seguidores si luego no encajan con nuestro target objetivo. La calidad tiene que primar por encima de la cantidad.
Por último, apuntar que las agencias de comunicación nos cuentan que las redes sociales han creado un nuevo escenario en el que marcas y consumidores pueden hablar de tú a tú, haciendo que las empresas dejen de tener el control sobre los mensajes y lo que se habla de ellas. Hasta el punto que muchas pymes, hasta ahora fuera del circuito de la comunicación, se estén empezando a preocupar por su reputación online. Algo que demuestra el poder de influencia que ha ganado el usuario gracias a las redes sociales.