El reto de la comunicación: traducir en números sus estrategias
por Redacción
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Todos los que nos dedicamos al mundo de la comunicación nos hemos encontrado ante un cliente que, tras varias horas explicándole las estrategias que harán aumentar la visibilidad y notoriedad de su marca, nos pregunta: ¿y con esto cuánto más voy a vender? Ante este interrogante sólo queda admitir que la comunicación tiene un gran reto ante sí: conseguir que se valore sin que esta percepción vaya ligada a una cifra.
En Agenciasdecomunicacion.org nos esforzamos porque las empresas que acuden a nosotros entiendan que un plan de comunicación mejorará su reputación, pero es un intangible que no se traducirá en más ingresos de forma automática, sino que requiere un tiempo. Un argumento que, reconocemos, no siempre nos funciona porque para muchas empresas lo que no se puede medir no sirve. Así que el primer paso es conseguir que una compañía entienda que la comunicación es un intangible pero sus resultados no tienen porqué serlos.
Las herramientas de medición
Para poder demostrar la importancia de nuestro trabajo es necesario que contemos con herramientas de medición que nos ayuden a sustentar nuestro discurso. Por ejemplo, la gráfica que señala el número de visitas que recibe una web corporativa demuestra si tras un acto o el envío de una nota de prensa se ha conseguido captar el interés de los usuarios. Lo mismo pasa con los comentarios que se generan en las redes sociales después de un comunicado. ¿Pero qué pasa en el terreno offline? Aquí todo se complica.
En los medios de comunicación tradicional se suelen utilizar las tarifas publicitarias para realizar la valoración económica de los impactos conseguidos en función del espacio que han ocupado. Un argumento que no siempre convence a las empresas, pero señores no hay otro.
Sería muy necesario que la profesión desarrollará un modelo propio de medición 360º y que tenga en cuenta todas las variables que entran en juego. Un sistema que no cabe duda sería complejo.
Comunicación interna
De puertas para dentro a las compañías todavía les cuesta más apostar por la comunicación. No ven cómo pueden aumentar sus beneficios publicando una revista interna, formando a los directivos en habilidades comunicativas o incrementar el número de reuniones de equipo. Ellas buscan que cada una de estas acciones tenga una relación causa-efecto directa.
Ante esto lo más fácil es aplicar la lógica: si un empleado está informado de lo que ocurre en su empresa, de lo qué se espera de él y se siente libre para expresar sus opiniones o sugerencias mejorará su productividad y su compromiso con la marca.
Y lo mismo ocurre en comunicación externa, si los consumidores conocen la marca, la identifican con unos valores y una calidad, indudablemente será más fácil que recurran a ella cuándo la necesiten. Que una marca esté presente de forma discreta pero continuada en la vida de sus futuros clientes hace que forme parte de su vida, confíen en ella y todo este proceso sí acabará en una mejora del negocio, pero no de hoy para mañana.