Alzheimer, el síndrome del cuidador quemado
Gran parte de los cuidadores de personas con demencia sufren una sobrecarga física, psicológica y emocional
Madrid, marzo de 2015.- Con el mal de Alzheimer cambia tanto la vida del enfermo como de la familia, aquellas personas que pasan más tiempo con el enfermo la denominamos cuidador principal. En muchas ocasiones se asume el rol de forma inesperada y otras por una conveniencia anterior, en todos los casos su vida cambia ya que las necesidades del enfermo obligan a reorganizar su vida personal, laboral y social.
Gran parte de los cuidadores de personas con demencia sufren una significativa sobrecarga física, psicológica y emocional, especialmente cuando no se encuentran con los apoyos (familiares, económicos o institucionales) que les permitan desarrollar la labor de cuidado en unas condiciones favorables que permitan cuidar y cuidarse.
El síndrome del cuidador quemado o de sobrecarga del cuidador se caracteriza por alcanzar un estado de agotamiento emocional, estrés y cansancio en el que los cuidadores acusan falta de sueño, de tiempo para sí mismos, falta de libertad, abandono de sus relaciones sociales y descuido dela propia familia. Lo que en muchas ocasiones provoca conflictos con cónyuges, hijos y otros familiares directos. Unas consecuencias emocionales y afectivas derivadas del progreso degenerativo del enfermo de Alzheimer, la imposibilidad de modificar sus comportamientos disfuncionales, la sobrecarga de trabajo, la sensación de aislamiento y abandono por parte del entorno familiar, e posible desentendimiento de otros familiares y el sentimiento de culpabilidad por pensar que no se está cuidando a la persona como se debiera y que no se están haciendo bien las cosas.
kNOW Alzheimer recomienda la prevención de este síndrome a través de la toma de conciencia por parte del cuidador y del entorno que le rodea (familiares, profesionales de la salud y servicios sociales, políticas sociales…) de la necesidad de incluir un plan de autocuidado en su día a día que incluya: descanso, reservarse un espacio personal para sí mismo, procurar mantener el contacto social con familiares, amigos y otros cuidadores y verlas por su propia salud.