Las apps no seducen a las pymes a pesar de su capacidad para generar negocio
España es uno de los países con una mayor tasa de penetración de dispositivos móviles, pero pese a ser pioneros en este campo, la mayoría de sus pymes aún se resisten a contar con una aplicación propia. Según el último estudio presentado por la Clutch, sólo el 15% de las pequeñas y medianas empresas consultadas cuenta con una app móvil para impulsar su negocio. Mientras que un 18% duda entre tenerla o no y un 40% admite que ni se plantea tenerla en un futuro cercano.
En Agenciasdecomunicacion.org estamos convencidos de que si nuestras empresas no apuestan por las nuevas tecnologías es por una falta de confianza en ellas y no por un tema económico. Les falta información, puesto que la mayoría desconocen los beneficios que pueden obtener sus negocios si cuentan con una app personalizada.
Los dispositivos móviles han cambiado nuestra forma de relacionarnos personalmente entre usuarios pero también con las marcas, lo que ha llevado a las empresas a buscar fórmulas para colarse en los bolsillos de sus clientes. Los consumidores del futuro se caracterizan por vivir pegados a su smartphone o tablet: compran, consultan información y la comparten a golpe de clic desde cualquier lugar y las 24 horas del día. Ante este escenario cuesta entender porque las pymes invierten en el desarrollo de una app propia, cuando se han convertido en una herramienta de comunicación muy útil para acercarse al target objetivo de una manera poco intrusiva pero muy eficaz. Hoy en día, no contar con una web adaptada o con una app deja en desventaja a muchos negocios.
Apps para mejorar la productividad de los empleados
Los beneficios de las aplicaciones móviles no se limitan exclusivamente al ámbito externo de una compañía. Las apps pueden ayudar a las empresas a mejorar el rendimiento de sus trabajadores, agilizando procesos de intercambio de información y rompiendo con rutinas que restan competitividad a la pyme.
Las llamadas apps de productividad son grandes desconocidas para muchas pequeñas y medianas empresas, sin embargo, su uso permite una mejor gestión del tiempo de los empleados que se acaba traduciendo en un beneficio económico para la compañía, sobre todo para aquellas que no agrupan a toda su plantilla en un mismo centro. El problema está que los directivos piensan a corto plazo y se resisten a apostar por soluciones que les harán esperar antes de darles beneficios.