En el mundo SEO, muchos algoritmos matemáticos y nada de intuición
El posicionamiento en buscadores es una herramienta fundamental para aumentar el tráfico de una web. Partiendo de esta premisa, es innegable que contar con una buena estrategia de SEO resulta fundamental para que un negocio se posicione en el mundo digital, facilitando así que su target objetivo lo localice sin mucho esfuerzo y pueda llegar a incrementar su volumen de negocio.
La visibilidad en la red es un objetivo que toda marca busca alcanzar, el problema es cuando decide hacerlo de forma precipitada o se pone en manos de «vende humos» que sólo consiguen hacerle perder tiempo y dinero. Eso sin contar con el desgaste que sufre la imagen y reputación del experto en SEO ante los ojos de la empresa y que puede llevar a la marca a desconfiar de este tipo de sistemas o hacerle pensar que el posicionamiento no es algo importante.
En el mundo digital competimos con millones de empresas, todas quieren destacar y se presentan como las mejores en su sector. Los usuarios tienen el reto de localizarlas y elegirlas pero viven en el aquí y ahora, por lo que no suelen invertir horas en estas búsquedas, es más, la mayoría no pasan ni de la primera página de los buscadores. Ante esta situación, es evidente que las compañías tienen que tratar de aparecer entre los primeros resultados.
Pymes, emprendedores y startups creen que han perdido esta carrera y que no pueden aspirar a situarse entre los tres primeros de una búsqueda, pero no es cierto. Con una buena estrategia se puede conseguir, cierto que esto va a requerir de una inversión pero no estamos hablando de servicios impagables para una pequeña empresa y mucho menos si comprobamos los grandes beneficios que pueden reportarles.
Llegados a este punto vamos a desmitificar algunas afirmaciones que rodean al SEO y que poco tienen que ver con la realidad. Por ejemplo, en Agenciasdecomunicacion.org nos topamos a menudo con empresas que hablan del posicionamiento online como si fuera un ente mágico movido por la intuición. Un error de concepto que nada tiene que ver con el funcionamiento del SEO, puesto que este se basa en algoritmos matemáticos, ni más ni menos.
Este vínculo con las matemáticas permite que los expertos en posicionamiento repliquen acciones, valoren y midan sus resultados y en definitiva se adapten mejor a las necesidades y demandas de las marcas. Un trabajo de análisis que va más allá de la idea de «poner o quitar etiquetas».
Además estamos ante un sector que cada día aporta actualizaciones y novedades, lo que obliga a los profesionales que se dedican a ello a estar reciclando sus conocimientos continuamente para no quedar desfasados. Una exigencia que toda empresa debe transmitir a su proveedor y alejarse de los que ofrecen «milagros» de forma rápida y con una duración eterna.
Los buscadores, con Google a la cabeza, van cambiando las reglas de juego en función de sus intereses, por lo que una estrategia que funcione muy bien hoy, puede tener repercusiones negativas a un año vista, lo que exige una revisión constante y continuada de los parámetros a seguir.
Y por último, si bien es cierto que el contenido es el Rey de la mayoría de acciones digitales, porque los buscadores premian aquellas webs que consiguen enlaces externos, también lo es que no se trata del único camino a tener en cuenta para lograr un buen posicionamiento. La clave está en crear una combinación entre informaciones exclusivas y de calidad con estrategias de posicionamiento.