Consejos para crear un logo de 10
Una de las primeras cosas que tiene qué hacer una empresa cuándo nace es pensar qué imagen quiere tener y cómo debe plasmarse en un logo. Una tarea que puede resultar más que complicada si somos novatos y desconocemos qué colores definirán mejor nuestros atributos o qué características queremos transmitir con él.
Los expertos en branding siempre desaconsejan el diseño de un primer logo «para salir del paso». Contar con una imagen corporativa definida y que atraiga la atención es el mejor punto de partida con el que puede contar una marca. Los consumidores no razonamos a primera vista, nos enamoramos o no y si en vez de feeling sentimos rechazo puede ser muy complicado que lleguemos a dar una oportunidad a un nuevo producto o servicio.
En este sentido, no hay que obsesionarse con los precios. Diseñar un logo no tiene porque llevarse el grueso de todo el presupuesto de marketing, pero sí debemos ser conscientes que hacerlo bien es muy importante por lo que es mejor invertir hoy que lamentarlo cuándo sea demasiado tarde. Con esto no queremos decir que los logotipos sean inamovibles y que no puedan soportar un restailing, pero esta renovación tiene que surgir fruto del paso del tiempo o de un cambio de estrategia pero no por un trabajo incorrecto.
A nivel cromático hay que huir de las combinaciones de colores interminables. Nada de combinar tres o cuatro tonalidades, con una u dos es más que suficiente porque lo que buscamos es conseguir que nuestro target nos entienda y reconozca y para ello hay que conseguir una imagen sencilla y potente.
Al igual que pasa con los colores, cada tipografía tiene su personalidad y si somos una empresa de I+D no podemos optar por una que nos recuerde a las letras capitulares de los libros del siglo XV, sino que tenemos que tender a las líneas sencillas, rectas y sobre todo legibles. En este sentido tampoco es recomendable usar colores demasiado chillones o efectos visuales que puedan llegar a resultar incómodos.
El equilibrio entre los espacios en blanco, el nombre de la marca y los símbolos o dibujos que se elijan para acompañarla no debe fallar, sino daremos una sensación de agobio o de imagen descuidada.
Cada logotipo deberá tener un par de versiones extra para adaptarse a las diferentes necesidades de la empresa, por ejemplo es conveniente contar con las versiones en positivo y negativo, así como con diferentes formatos que nos pueden venir bien como imagen de perfil en las redes sociales, para acompañar las presentaciones de empresa o dossieres que realicemos para nuestros clientes.
Y para acabar, nunca viene mal pedir consejo a un tercero antes de decantarse por un diseño. A veces cuándo uno lleva enfrascado demasiado tiempo en un asunto puede llegar a perder la perspectiva y es saludable que alguien de fuera aporte su visión.