La comunicación digital deja fuera la comunicación emocional: los abrazos
El Covid-19 ha destacado la importancia del contacto físico
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Muchos, sobre todo de una determinada edad, nos hemos preguntado cómo habría sido el confinamiento sin tecnología. Seamos más o menos digitales, gracias a las videollamadas nos hemos sentido más próximos, hemos podido ver las caras de nuestros familiares y amigos y hemos podido compartir momentos. Porque una de las cosas que más hemos echado de menos es no poder comunicarnos. Y si bien, es cierto que, estamos todos muy conectados y comunicados, hay algo que especialmente los españoles, pese a estar inmersos en un mundo digital, echamos de menos y estamos deseando poder dar y recibir: un abrazo.
El abrazo es un excelente medio de comunicación, no necesita de las palabras y, sin embargo, transmite de forma muy eficaz las emociones. Es un lenguaje universal que sirve para distintos momentos y posee un lenguaje simbólico entre quien lo da y quien lo recibe. Aunque las personas de alrededor lo perciban, solo aquellos que están involucrados lo entienden. Y es tan poderoso, que incluso es válido entre extraños.
Un abrazo concentra infinidad de beneficios. Difíciles de enumerar puesto que existen muchos matices en función de cada situación, contexto, el vínculo entre las personas implicadas, historia de cada una de ellas, estado emocional, pero, de forma general, podríamos decir que los abrazos aportan beneficios positivos.
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Entre los beneficios de un abrazo podemos destacar los siguientes:
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- Reduce el nivel de estrés
Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), está demostrado que el acto de abrazar reduce la segregación de cortisol, la hormona que nuestro organismo libera ante situaciones estresantes.
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- Mejora el humor en general
Con el abrazo, también se liberan otras hormonas de la felicidad como la serotinina y la dopamina. La revista virtual PLOS One hizo un estudio en el que incluyó a 400 personas y determinó que las emociones negativas eran menores en personas que recibieron regularmente abrazos. Cuando los abrazos fueron constantes, el buen humor prevaleció sobre el malo sin distinción de edad, sexo, etnia o estado civil.
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- Relaja el cuerpo
Un abrazo relaja los músculos, incluso aquellos que están contraídos. Reconforta, relaja y nos recarga.
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- Disminuye el latido cardiaco
En otro estudio se observó que las parejas que no se abrazan frecuentemente tienen un latido cardiaco más veloz respecto a aquellos que se abrazaban a menudo durante el día. Es decir, aquellos expuestos a muestras de afecto como el abrazo, mantenían más saludable el corazón puesto que tenían un latido más lento.
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- Mejora nuestro sistema inmunológico
Un estudio realizado en 2015 por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon comprobó que también puede ser un beneficio para nuestro sistema inmunológico. Los resultados demostraron que aquellas personas que recibieron abrazos con frecuencia se mostraron menos propensas a contraer enfermedades como la gripe o el resfriado común. E incluso aquellos que fueron infectados, los síntomas fueron más leves respecto a aquellos que no se abrazaban.
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- Comunica mejor que mil palabras
¿Cuántas veces ante la incapacidad de expresar nuestros sentimientos con las palabras hemos dado/recibido un abrazo? Esto es porque la magia de la comunicación, muchas veces se transfiere mejor a través del contacto.
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En estos tiempos tan difíciles en los que hemos estado confinados, donde apenas hemos tenido contacto físico, todos hemos sido conscientes de lo que realmente es importante y nos hemos dado cuenta de las “pequeñas” cosas que hemos echado de menos: volver a encontrarnos y abrazarnos. Aunque de momento solo podamos vernos…
¡Volverán esos abrazos!
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Sara Pascual. Community Manager. Diseño webs/gráfico. Marketing
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