Nace la primera franquicia inmobiliaria de nuda propiedad de España
La evolución del mercado de la vivienda, condicionada por la pandemia de la COVID-19, y la situación económica en los últimos años, han hecho que las ventas de nuda propiedad estén creciendo a un gran ritmo. Cada vez son más los propietarios que se acogen a esta fórmula para aumentar sus ingresos. En los dos últimos años, las transacciones de nuda propiedad han aumentado un 52%, en especial entre los mayores de 65 años, y el 82% de ellas han tenido lugar en grandes ciudades. El debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones también está contribuyendo a que la vivienda sea percibida como un activo que permite complementar la pensión, por lo que es de esperar que en los próximos años la nuda propiedad siga ganando adeptos.
El consultor inmobiliario Eduardo Molet se ha convertido en uno de los grandes expertos en este activo inmobiliario, lo que le ha empujado a crear una franquicia especializada en nuda propiedad, Molet Mayores. La particularidad es la fórmula bajo la cual se pueden franquiciar: cualquier agente o agencia inmobiliaria puede hacerlo, ofreciendo la compraventa de nuda propiedad bajo la enseña creada por Eduardo Molet. El consultor ofrecerá a sus franquiciados formación y asesoramiento en este tipo de transacciones.
Según explica Molet, “ya hace unos cuatro años que nuestra agencia se especializó en este tipo de operaciones. Hasta entonces había sido algo testimonial y que prácticamente ninguna inmobiliaria tocaba. Esta fórmula cada vez tiene más acogida en España, y con la creación de Molet Mayores queremos profundizar en la profesionalización del sector en este activo y en una mayor expansión de sus compraventas a nivel nacional”.
Hasta ahora, la mayor parte de ventas de nuda propiedad se realizan principalmente en capitales y grandes ciudades, como Madrid, Palma de Mallorca, Barcelona, Bilbao, Valencia, Benidorm, Sevilla, Marbella, Alicante o Las Palmas. “En pueblos y pequeñas poblaciones, el mercado de la venta de la nuda propiedad es casi inexistente”, añade Eduardo Molet, que cree que esto es debido a la falta de agencias inmobiliarias que comercialicen en estas zonas y al desconocimiento por parte de los particulares sobre este producto, “algo a lo que queremos poner solución a través de la franquicia de nuda propiedad”.
El perfil del vendedor es el de una persona mayor de 65 años que, o bien no tiene herederos, o quiere complementar su pensión y aumentar sus ingresos para vivir más cómodamente y poder disfrutar de su tiempo libre, o que tiene hijos y quiere asegurar su bienestar.
Qué es la nuda propiedad y cómo funciona
El pleno dominio de una vivienda es lo que tenemos todos los propietarios. Es la suma de dos derechos: derecho a la nuda propiedad y derecho al usufructo. Si vendemos solo el derecho a la nuda propiedad, nos queda el de usufructo, del que seguimos siendo propietarios y que nos permite usar y disfrutar de la vivienda de por vida. Por este sistema, se vende solo una parte de la vivienda, obteniendo una cantidad importante de dinero de una sola vez (la media se sitúa en los 150 mil euros), y mantenemos el usufructo vitalicio. A mayor edad de la persona, mayor importe de la nuda propiedad.
Ventajas de la nuda propiedad para el vendedor o persona mayor: nuestros mayores manifiestan en su gran mayoría que quieren continuar viviendo y disfrutando en su casa hasta su fallecimiento, incluso si son muy mayores y requieren de una asistencia domiciliaria o son dependientes. Así, la principal ventaja es que pueden seguir usando la propiedad y recibir el dinero de la venta al instante y de una sola vez, y todo queda escriturado ante notario. El vendedor garantiza el uso y disfrute de su vivienda para siempre.
Ventajas para el comprador o inversor de nuda propiedad: adquiere la propiedad de una vivienda a muy bajo precio, pero la vivienda, durante los años que vive el usufructuario, va aumentando de valor, siendo una inversión muy rentable. A medio o largo plazo se encuentra con el pleno dominio de una vivienda por la que pagó muy poco hace años. O simplemente aspira a un piso de unas determinadas características que no podría comprar al precio actual de mercado, pero que, con este método, sí lo puede conseguir a futuro. En definitiva, es una inversión que no tiene riesgo y que, además, tiene una dimensión social, pues ayuda a las personas mayores a solucionar problemas económicos.
Con esta venta, los gastos también serán menores para el vendedor, ya que pasaría a pagar solamente aquellos correspondientes a los consumos ordinarios de la vivienda (agua, electricidad, gas…), mientras que el inversor se haría cargo desde ese momento del IBI y las derramas extraordinarias de la vivienda.
Más información en http://moletmayores.com/