Francia, ejemplo para España en sostenibilidad: el país galo tiene el mejor modelo europeo de reutilización de piezas del mundo del motor

La movilidad sostenible es uno de los vectores fundamentales para la transformación de la sociedad que orientan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los gobiernos y compañías se están preparando para fomentar una movilidad sostenible y es que es objetivo transversal, necesario en el avance para el cumplimiento de los ODS.

Dentro de este marco y para responder al reto tecnológico de una movilidad sostenible es preciso trabajar toda la cadena de valor de la automoción, debido a su papel clave en el proceso de transformación del modelo productivo en torno a la movilidad sostenible y conectada. Es aquí donde reside la importancia de la economía circular y el aprovechamiento sostenible de los recursos y materiales.  

La economía circular implica un cambio de enfoque del clásico ‘extraer, producir y tirar’ a un modelo circular tanto para materiales como para bienes, y debe incluir tanto la fabricación de vehículos más duraderos con una mayor cantidad de materiales reciclados, como la reparación, remanufacturación, reutilización y reciclaje de vehículos y piezas”, explican los expertos de Recomotor.

Europa pide desde 2015 que los vehículos se puedan reciclar en un 85%, pues es una cuestión estratégica esencial para el Viejo Continente que no tiene un acceso evidente a las materias primas y que se encuentra en una fase de reindustrialización. A pesar de que este es el objetivo marcado por las grandes organizaciones y los organismos gubernamentales, no todos los países avanzan de igual manera.

Francia lleva la delantera en la reutilización de recambios. En 2017, el país galo aprobó una ley que obliga a los talleres mecánicos a priorizar la utilización de recambios recuperados frente a los nuevos. Además, el nivel de reutilización de piezas de un vehículo en desguace representa ya un 35% del peso total del coche en cuestión. “Esta regulación ha favorecido la economía circular en el sector del motor de forma exponencial. Las empresas distribuidoras de recambio usado han crecido considerablemente en Francia, con los beneficios que esto aporta al sector y al medioambiente en sí”, mantienen desde Recomotor.

Aunque el liderazgo de Francia en este segmento es indiscutible, otros países de Europa como Alemania o Reino Unido tampoco se quedan atrás, y están apostando por unos ecosistemas locales de los que, según los expertos, veremos sus frutos en menos de cinco años.

ESPAÑA, EN LA SENDA CORRECTA

Si hacemos retrospectiva el sector de la automoción tiene un largo historial en el reciclaje, refabricación y reutilización de componentes en España. De hecho, hoy por hoy y según el distribuidor de piezas recuperadas para talleres y profesionales de la automoción, “la economía circular ya permite recuperar hasta el 95% de las partes de un automóvil, volviéndose a emplear en la industria o destinándolas a otros fines”.

En España está vigente la ley 20/2017 sobre la gestión de los vehículos al final de su vida útil, que nace con voluntad de oficializar el mercado de piezas de recambio de segunda mano. Con la entrada en vigor de esta norma se establecía que la extracción de piezas y componentes para su preparación para la reutilización y comercialización sólo se puede llevar a cabo en un CAT o centro autorizado de tratamiento de vehículos al final de su vida útil (art.7.3). La ley establece, además, en el artículo 8.2., que se deben cumplir con unos niveles mínimos de reutilización de piezas y componentes del 10% en peso desde 2021, ascendiendo al 15% en 2026.

Por su parte, a nivel privado España cuenta con iniciativas como Recomotor, que está en plena construcción del primer macroalmacén de piezas recuperadas en nuestro país con el que aspira a dar servicio a la mayor red de desguaces de Europa. Sobre los próximos pasos que tiene que dar España en este sentido, los expertos del distribuidor de piezas recuperadas señala que “nuestro país debe darse cuenta de la capacidad de crecimiento que tienen los desguaces españoles con este tipo de regulaciones y ser consciente de lo eficientes que han sido en Francia”.

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