¿Hacia dónde se dirige la transformación mediática? (II)
por Redacción
en Actualidad
Los medios de comunicación se están adaptando a marchas forzadas a las nuevas exigencias de la Era Digital, pero los periodistas también deben esforzarse por hacer encajar sus funciones en las nuevas demandas online, por eso si ayer os comentábamos cómo se debía transformar una redacción para triunfar en el mundo 2.0, hoy nos vamos a centrar en el rol del profesional de la comunicación.
Sin duda el periodista es una pieza clave para que los medios se acoplen al nuevo sistema y a las exigencias del mercado online. Por ejemplo, el editor jefe tiene sobre sus hombros la responsabilidad de coordinar acciones y perfiles muy diversos con el fin de crear informaciones contextualizadas y que respondan de forma eficaz tanto al consumidor on line como al off line.
Por ejemplo, el editor tiene que conseguir que los periodistas dejen de ver una noticia como una historia y la enfoquen como un producto que deben complementar de la mejor forma posible (contextualización, vídeos, imágenes, etc.) si quieren que su audiencia la consuma, pero también la comparta y recomiendo.
Ya no vale con captar un lector, sino que hay que buscar llegar a influencers para conseguir la máxima difusión en el menor tiempo posible. Un requisito que juega muchas veces en contra de la labor periodística que ya no sólo debe esforzarse por llegar primero, sino que además debe hacerlo con el mayor aporte de contenidos posible.
En este sentido, el rol de los lectores también ha cambiado y ya no ejercen un papel de consumista pasivo, sino que muchas veces los internautas son los que destapan una noticia, los que la complementan porque han sido testigos del suceso o los que «corrigen» datos al medio de comunicación. Algunas voces hablan de intrusismo pero a nosotros nos gusta pensar en un periodismo ciudadano que permite al redactor tener ojos en infinidad de lugares a la vez.
Una situación que lleva al periodista a estar pendiente de las redes sociales y de lo que allí se cuece. Es más, muchas veces quién ya marca la prioridad informativa y elige qué noticias deben aparecer en portada son los tuits o la cantidad de likes que genera un determinado hecho de actualidad. Y por si eso fuera poco ahora los medios tienen más posibilidades de conocer a fondo a su audiencia, sabiendo qué consume qué en cada momento y pudiendo hacer una radiografía de sus gustos, ayudándoles a dibujar el interés mediático.
Otra de las características que definirán al periodista del futuro es su capacidad para usar las herramientas digitales, así como su formación continuada en este terreno y el conocimiento de ejecutar los términos de búsqueda online exactos que le conduzcan de la manera más rápida al contenido que se demanda.
Todo ello con el objetivo de crear informaciones veraces, contrastadas, contextualizadas y acompañadas de recursos digitales externos que complementen y den valor a los datos. Unos contenidos que además deberán ser gestionados y actualizados de forma permanente mientras estén de actualidad.