Le Pain Quotidiane: «El pan nuestro de cada día»
Aquí no existen los secretos: harina, sal, agua y tiempo. Esta es la receta del pan artesano horneado diariamente en Le Pain Quotidien, en sus más de 200 locales repartidos por cinco continentes. La elaboración de los productos siempre sigue las mismas pautas: harina orgánica de la mejor calidad, amasada y moldeada a mano, para posteriormente ser horneada, bajo la supervisión de panaderos artesanos. Así de simple, así de delicioso.
Cuando su fundador, Alain Coumont, trabajaba como chef en Bruselas, tenía algo muy claro: quería ofrecer a sus comensales el mejor pan artesano, el de su infancia. Tras mucho buscar y no encontrar las cualidades que quería, en 1990 decidió crear su propia panadería en la rue Antoine Dansaert de Bruselas, siguiendo la tradición y las recetas que su abuela le había inculcado desde muy pequeño: «Mi idea era simple, tener un lugar donde pudiera sentirme como en casa… lejos de casa», dice Alain Coumont. En unos meses, se abrieron 10 locales más. Siete años después, Le Pain Quotidien cruzaba el Atlántico para abrir una nueva panadería en la mítica avenida neoyorquina Madison. Actualmente, la empresa está presente en 19 países diferentes. ¿El secreto? Harina, sal, agua y tiempo.
Han pasado años desde que Alain Coumont abriera su primer local, ofreciendo tartines y ensaladas simples. Hoy, la carta ofrece deliciosos postres, bebidas elaboradas artesanalmente tanto frías como calientes, sopas del día y quiches de la semana, así como diferentes tipos de raciones, convirtiendo a Le Pain Quotidien en el sitio perfecto para desayunar, comer o cenar. No se trata de recetas complejas ni de alimentos muy elaborados, la clave de la gastronomía de esta empresa reside en la calidad de sus materias primas y en la tradición culinaria, respetando los valores artesanales y los ingredientes naturales.
El producto que se utiliza en la elaboración de la gastronomía es orgánico, fresco, local y de temporada, adaptándose la carta a cada época del año. Y es que, cuando dedicamos el tiempo necesario en crear un producto y un ambiente, damos paso a la experiencia, a un estilo de vida y a una filosofía concreta. Por eso los locales de Le Pain Quotidien están presididos por una gran mesa comunal, porque quieren que quienes vengan a degustar sus productos compartan el momento con otras personas, disfruten de la compañía y de un espacio cuidado tanto como su gastronomía.
Los productos artesanales decoran las estanterías, los muebles de madera recuperada crean un ambiente cálido y personal, lámparas de eficiencia energética crean una luz tan acogedora como sostenible, el packaging de sus productos está impreso en papel reciclado… ¡hasta los artículos de limpieza empleados en Le Pain Quotidien respetan el medioambiente! Tradición, confianza y el respeto por el «buen hacer» convierten cualquier visita a Le Pain Quotidien en única e inolvidable.
Aunque el espíritu de la casa está pensado para vivirlo dentro de sus locales, los propios clientes, quienes venían a Le Pain Quotidien para organizar sus cestas de pic-nic, o encargar comidas para celebraciones y eventos, hicieron entender a la marca que su filosofía bien podía traspasar las puertas de sus restaurantes…
Desde hace poco, Le Pain Quotidien ha implementado una nueva línea pensando en sus clientes: El servicio de catering de LPQ, diseñado para eventos de todo tipo, tanto corporativos (ruedas de prensa, presentaciones de producto, cenas o comidas de empresa, cenas de Navidad, desayunos de trabajo, coffee breaks, etc…); como no corporativos (cumpleaños, bodas, despedidas…). Esta oferta está disponible tanto fuera como dentro de sus locales, con la posibilidad incluso de cerrar cualquiera de ellos en exclusividad.
En un mundo cada vez más acelerado, industrializado y artificial, Le Pain Quotidien propone momentos relajantes para compartir, productos naturales y ecológicos, y la vuelta a los valores tradicionales del savoir-faire y lo artesanal.