Cuatro razones por las que la gente no te sigue

 

Refuerza tu liderazgo y gana la confianza de otros

 

Algunas personas creen que sin seguidores no puedes ser un buen líder, pero la verdad es que si no eres un buen líder no tendrás seguidores. No nos estamos refiriendo a seguidores como los que tenía Jesucristo, que eran personas que lo acompañaban a todas partes, sino a personas que se sienten inspiradas por tu carácter, por la manera en que te desenvuelves, comportas y por ello, son capaces de escucharte y seguir tus instrucciones sin ofrecer demasiada resistencia.

Que una persona sea jefe, o su cargo esté por encima del cargo de otras personas en la organización, no lo convierte automáticamente en líder, ya que estas personas les siguen porque prácticamente es su obligación.

Por otro lado, hay personas que, sin ocupar cargos de alto mando, se ganan la confianza de sus iguales e incluso de sus superiores, ya que, gozan de un liderazgo quizá innato, o uno que han ido construyendo conscientemente a través del tiempo, sabiendo la importancia que tiene este elemento en la vida profesional.

¿Quieres ser un buen líder?

Si ya has leído todos los libros que han caído en tus manos acerca de este tema, has asistido a charlas y consumes artículos, textos y más del liderazgo tratando de fortalecerlo en tu vida, pero por más que intentas sientes que las personas a tu alrededor no te toman en serio, lo más probable es que estés cometiendo alguno de los errores que verás a continuación.

No tratas a las personas como tus iguales

Los líderes saben que ellos no son mejores que los demás, por eso no tienen ínfulas de superioridad y tratan a todos por igual, sin ningún tipo de preferencia, porque saben que con ello lo que atraerían es incomodidad de parte de las personas a su alrededor. Justo todo lo contrario a lo que esperas.

Un líder suele ser alguien al que las personas consideran agradable para estar a su alrededor, y en caso de que no sea tan agradable, por lo menos confían en su criterio debido a que tienen valores similares.

Recuerda que tus conocimientos no te agregan más valor como persona, solo son herramientas para tener ventajas en donde te desenvuelvas, úsalas bien. Los demás no son tus subordinados -y aunque así lo sean- no debes mirarlos por encima de tu hombro, sino directamente a los ojos.

Haces más énfasis en las palabras que en las acciones

El ejemplo hablará mucho más alto que tú, así que enfócate en ser líder con tu comportamiento antes que serlo solamente dándoles discursos a las personas a tu alrededor.

 

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Las palabras motivacionales no tienen nada de malo, pero llega mucho mejor el mensaje cuando el líder también trabaja y se esfuerza en vez de solo estar señalando con el dedo lo que hay que hacer. Dar ejemplo siempre será mucho más útil que acudir exclusivamente a la teoría.

Debes mejorar la manera en que te preocupas por tu equipo

Si demostrar preocupación por tu equipo para ti es revisar una y otra vez que sus tareas estén bien hechas, en vez de cerciorarte de que tengan las condiciones óptimas para llevarlas a cabo, estás cometiendo un error.

Un buen líder se preocupa -y ocupa- de las necesidades de su equipo y quiere que todos estén bien, ya que, esta sensación de bienestar repercutirá en el colectivo. Un líder no solo vela por sí mismo, sino por las personas que están a su alrededor. Esta preocupación genuina hace que esa persona se convierta en alguien digno de confianza, porque es alguien que juega para nuestro propio equipo, y se nota que sus intenciones son transparentes y buenas.

Si estás teniendo resistencia por parte de personas que no confían en ti o no te toman en serio como líder puede ser porque estás fallando en esta área de dar y servir.

No eres tan accesible

Hazte una autoevaluación o incluso acude a otros preguntándoles si te consideran accesible, es decir, una persona que escucha sin juicios preconcebidos. Puede que tu falla esté en este punto, haces todo lo anterior pero no te demuestras como alguien al cual los demás pueden acudir fácilmente.

Quizá se sienten intimidados o es la forma en cómo te conduces que hace que coloquen una pared entre tú y ellos. Las razones pueden ser muchas, pero si lo identificas puedes mejorar ese aspecto. Además, estas claves también pueden serte muy útiles dado a que pueden ayudarte a tener éxito en cualquier meta que te propongas.

Para ser líder no se necesita ser perfecto. Pero sí debemos tratar de ser lo más coherentes con nuestras palabras y acciones. Mientras más coherencia exista entre ambas, más íntegros seremos, lo cual es una cualidad imprescindible tanto a nivel personal, como en el área profesional.

 

Descripción del autor: Andrés Gananci es un emprendedor y aventurero apasionado de la vida que fundó su primer negocio online con tan sólo 17 años. Doce años después, sigue viajando por el mundo mientras trabaja desde casa.
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