Las horas extras de las agencias de comunicación que los clientes no valoran

 

Un baja productividad que frusta a las agencias y descontenta a las empresas

 

La evolución de la comunicación empresarial en los últimos años ha sido irregular y con muchos cambios que a veces han beneficiado y otras perjudicado el trabajo de las agencias de comunicación. Las relaciones entre agencias y clientes a veces se complican y generan ciertos problemas.

Estas dificultades inducen a que el trabajo de las agencias no sea eficiente y que la culpa, en muchas ocasiones, sea de los propios clientes. La clave está en formar equipo y acotar las distintas tareas y necesidades para optimizar el trabajo, definir internamente la acción en la empresa antes de pasar la tarea a la agencia de comunicación. Ser poco productivo y sentir que el trabajo se acumula influye directamente en la moral, la productividad, los resultados y la relación de la agencia con el cliente.

Es común encontrar profesionales de la comunicación en las agencias que sienten que trabajan demasiado. Según datos de una entrevista a los trabajadores de Agency Mangement, un 67% de las agencias consideran que entregan demasiadas cosas a mitad a sus clientes. El sentimiento entre los expertos en comunicación es que pagan una cosa pero realmente se hacen muchas más. Lo que provoca horas extras impagadas.

 

¿Cuánto tiempo se dedica?

 

En general, las agencias reconocen que no cuentan con un buen sistema de medida de tiempo por trabajo y/o cliente por lo que es difícil valorarlo y cuantificar económicamente cada tarea. Entregar trabajo extra, trabajar a deshora por temas urgentes o hacer “favores” forma parte del día a día de las agencias de comunicación sin que tenga ninguna consecuencia para los clientes.

Esta tendencia hace que el sector haya entrado en un círculo vicioso en que las horas extras impagadas se multiplican sin que nadie las contabilice ni las valore. Esto se debe a que si se factura ese tiempo extra, las empresas piensan que la comunicación es demasiado cara, y si se entregan los trabajos sin echar esas horas de más los clientes quedan descontentos a sabiendas que no pagaron por el 100% de lo realizado.

Este exceso de trabajo y horas extras, a veces, viene propiciado por una indecisión de los clientes. A veces las empresas no son capaces de trasmitir exactamente lo que quieren o les dan información muy general que luego les lleva a hacer demasiados cambios en cada acción. Esto se convierte en decenas de borradores sin aprobar, muchas versiones de cada mensaje o texto, clientes insatisfechos porque tardan mucho en obtener resultados y profesionales de la comunicación frustrados porque no alcanzan sus objetivos ni están satisfechos por un trabajo al que han dedicado mucho tiempo pero que nunca es finalizado.

 

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Tener que hacer tantas versiones de cada mensaje hace que las agencias se sobrecarguen de trabajo, sumen horas extras y resten tiempo a otras tareas que puede maximizar los resultados. Por ejemplo, si un gabinete de comunicación necesita redactar 10 versiones de una nota de prensa significa que utilizará el décuple del tiempo destinado para esta tarea; por tanto, sumará horas de trabajo a la redacción y tiempo extra a la jornada laboral pero también restará tiempo a las tareas de gestión de la nota de prensa con los medios de comunicación y periodistas y lo que dará lugar a un menor número de publicaciones.

La clave es evitar la sobrecarga de trabajo de la agencia por parte de los clientes. Para ellos, deben ser claros en lo que necesitan y ofrecerles toda la información para que los resultados sean óptimos desde los primeros borradores y puedan dedicar su tiempo a la gestión de la información con su receptor final.

 

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