Plan de comunicación vs improvisación
El Plan de Comunicación junto con el plan de marketing es un documento guía de utilidad para las empresas porque en él recogeremos de manera detallada las acciones que llevaremos a cabo durante el año.
Es la hoja de ruta que, sin duda, toda empresa debería diseñar, anualmente, revisar y llevar a cabo para fortalecer y dar visibilidad a su marca y, para llegar a su público objetivo.
El Plan de comunicación es una herramienta indispensable en la estrategia empresarial.
La misión y la visión de la empresa deben estar en consonancia con los valores que la marca quiere transmitir.
Enero es un mes que podríamos calificar, en general, de lento y costoso, para todas las personas y sin distinción de edad ya que venimos de un mes de diciembre muy intenso, tanto a nivel personal como profesional: el cierre del año y los propósitos venideros. Las empresas que a pesar de no haber cesado en su actividad y ser conscientes de la dificultad que este período del año conlleva, encaran el mes de enero con mucho optimismo. Es, por lo tanto, el momento de revisar nuestros objetivos para dar paso a la acción.
La mejor improvisación es la que se escribe sobre el papel.
Unas pinceladas sobre los puntos a tener en cuenta en el diseño de nuestro plan de comunicación nos ayudará a activar y definir nuestra hoja de ruta.
Es importante, tener un punto de partida, salvo las empresas de nueva creación, disponer de la memoria anual del último año, el histórico, es necesario para saber de dónde venimos, qué recursos hemos utilizado y qué resultados hemos obtenido en el ejercicio anterior, así como las acciones que llevamos a cabo en el pasado para la consecución de los objetivos. Disponer de información, datos y cifras es necesario para definir nuevos objetivos.
El famoso DAFO nunca debe faltar en nuestro plan de comunicación, identificar nuestros límites y valores diferenciadores. Analizar los aspectos externos (debilidades y amenazas) y los internos (fortalezas y oportunidades) que van a influir de alguna manera en nuestra toma de decisiones es fundamental.
Formular objetivos SMART, específicos, medibles, alcanzables, relevantes y a tiempo. Es importante que formulemos objetivos a corto y largo plazo y que se vayan revisando.
Conocer bien a nuestro público objetivo: ¿cómo es?, ¿qué hace?, ¿dónde lo encontramos?… y detallar con datos toda la información necesaria para poder elaborar mensajes afines a nuestro target y utilizar los canales adecuados donde poder interactuar.
Planificar y definir todas las acciones que vamos a llevar a cabo, tanto online como offline, adecuando los mensajes según los medios que utilizaremos y el público a quién nos dirigiremos.
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De nada sirve, diseñar un plan de comunicación externa si antes no hemos considerado la importancia de integrar la comunicación interna a nuestro plan. Saber hacia dónde nos dirigimos y hacer partícipes de los objetivos a las personas de nuestra empresa es fundamental para la consecución de los mismos.
Para todo ello, debemos hacer un cronograma. Planificar todas las acciones sobre un calendario, tanto a corto como a largo plazo y, realizar seguimiento de éstas.
Una vez hemos analizado la información, definido los objetivos, diseñado acciones concretas, creado mensajes, identificado los canales, hemos calendarizado y planeado los medios que utilizaremos, nos queda la parte más importante del plan: el presupuesto. ¿Cuánto nos van a costar las acciones que queremos llevar a cabo?
Uno de los aspectos más importantes en comunicación, sobre todo en marketing, es medir los resultados de las acciones desarrolladas. Invertir en diferentes canales y saber qué retorno hemos conseguido nos ayudará a dotar de presupuesto nuestro plan de acciones. Ponerse en manos de expertos y profesionales de la comunicación y el marketing es necesario para obtener unos óptimos resultados.
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