El peligro de que las marcas comuniquen mal y tarde
por Redacción
en Buenas prácticas
En épocas de crisis toca apretarse el cinturón y recortar gastos. Esto no es ninguna novedad, como tampoco lo es que una de las primeras partidas en caer es la destinada al marketing y la comunicación corporativa. Un error que tiene su raíz en la falta de confianza y lo poco que valoran las empresas este tipo de servicios.
Las marcas no se dan cuenta que cuando dejan de comunicar, cuando prefieren mirar los números a hablar con su cliente objetivo pierden su confianza, dejan de estar presentes en sus vidas y acaban cayendo en el olvido. En Agenciasdecomunicacion.org hemos visto como muchas compañías recurren a nosotros en busca de la fórmula secreta que les permita volver a entrar en casa de los consumidores. Pero la clave no está en cómo volver a entrar, sino en evitar salir.
No es cuestión de presupuesto
Cuándo una empresa tiene la necesidad de reducir sus gastos puede hacerlo sin tener que dejar la partida de comunicación a cero. Es preferible planear acciones más espaciadas en el tiempo a quedar en el más absoluto silencio. Porque luego cuando se intenta volver al circuito puede que sea demasiado tarde.
En muchas casos la clave está en ser creativo y priorizar. No hace falta organizar un gran evento, existen otras vías para estar presentes en los medios de comunicación, como por ejemplo a través de las notas de prensa. Tampoco podemos olvidarnos del poder de la era 2.0 que nos permite estar en contacto con los usuarios de forma permanente, organizando concursos en las redes sociales, compartiendo vídeos corporativos sin que eso tenga que significar la ruina de la compañía.
Caer en el olvido
Lo peor que le puede pasar a una empresas es que su público se olvide de ella. Las marcas tiene que estar continuamente lanzando nuevos mensajes, refrescando la memoria de los clientes potenciales y mostrarse siempre con una actitud proactiva y renovada.
Además hay que tener en cuenta que las grandes multinacionales no tienen tantos problemas de presupuesto, y si los tienen no se nota tanto porque saben que no deben dejar de hacer comunicación. Por lo que toda aquella que renuncie a este servicio acaba haciendo con su silencio que aumente la notoriedad de la competencia.
Defensa de los valores
A menudo las compañías nos comentan que no saben si contratar o no una agencia de comunicación, puesto que no están seguros de su capacidad para generar hechos noticiables. Pero en realidad existen una multitud de excusas que pueden traducirse en impactos mediáticos, desde una presentación de resultados, a un lanzamiento de producto, una nueva alianza o la asistencia a un congreso.
Todo esto sin olvidar que las empresas pueden acabar convirtiéndose en líderes de opinión dentro de su sector. Aunque sin duda, uno de los ejes de la comunicación corporativa son sus valores y más en estos momentos de crisis cuándo la sociedad se siente huérfana de creencias.
En resumen, si hay que reducir acciones, se reducen pero las marcas no pueden dejar en standby su estrategia de comunicación porque cuando quieran recuperarla les va a costar el doble, en tiempo y dinero.