La comunicación es una inversión, no un gasto
El coste de la comunicación es un debate que hemos abierto en varios ocasiones debido al gran desconocimiento que existe sobre lo qué puede hacer una agencia de comunicación por una marca y las tarifas que mueven. Lo primero es dejar claro que la comunicación no debe verse como un gasto, sino como una inversión necesaria para aumentar la credibilidad de la marca, posicionarla en el mercado, darla a conocer entre su público objetivo y fidelizarlo.
Las empresas deben aprender a valorar la inversión de horas que hace la agencia y entender que su trabajo va más allá de redactar una nota de prensa o de escribir un comentario en Facebook. La agencia se preocupará de vigilar a la competencia, averiguar qué quieren los consumidores y qué dicen de nuestra marca y en función de todo esto crear una estrategia que se irá revisando de forma gradual para poder adaptarse a los cambios que puedan ir surgiendo. Eso sin olvidar que también son generadores de contenidos online y los responsables de que la compañía parezca en los medios de comunicación sin tener que insertar un sólo anuncio. En resumen, el tiempo que una agencia invierte en una marca es más que considerable.
Ahora bien, no todos los negocios necesitan los mismos servicios y por lo tanto no tienen porque invertir la misma cantidad de dinero. La comunicación es un servicio a medida y perfectamente adaptable a la marca. Además existe una gran variedad de agencias de comunicación, de diferentes tamaños y expertas en distintos mercados por lo que la que trabaja con una compañía que se dedique a la moda no tiene porque ser la ideal para una empresa que haga apps.
Dicho esto no existe una homogeneidad sobre el precio de los servicios porque no hay dos compañías iguales y no todas contratan servicios de forma continuada. Aunque nosotros siempre subrayamos la importancia de realizar una campaña continuada sí se quieren conseguir resultados óptimos y no caer en el olvido.
No obstante, hay muchas marcas que realizan campañas puntuales, otras pagan un fee mensual y algunas deciden establecer un pago por objetivos. Esta variedad se debe sobre todo a que con la llegada de la crisis las agencias han hecho un gran esfuerzo pro adaptarse a las demandas de sus clientes y han empezado a idear formulas de pago que les sean más cómodas, pese a que como hemos dicho antes lo ideal es no dejar de hacer ruido, aunque sea poco.
El declive económico también ha llevado a una lucha de precios dentro del sector que ha ampliado la oferta de forma destacable. Además han surgido nuevas agencias de comunicación mucho más pequeñas y orientadas al mundo pyme y emprendedor. En estos casos se produce una relación de igual a igual que gusta mucho a los pequeños empresarios y que les hace sentir que su agencia entiende sus dificultades y limitaciones a la hora de optar por un presupuesto mayor.
La clave no está en tirar los precios, sino en asesorar y orientar a las marcas para que valoren el poder de la comunicación, entiendan el trabajo de una agencia y aprendan a marcar prioridades. Si nuestro bolsillo no nos permite realizar 5 acciones, es mejor limitarse a 2 o incluso 1, pero desarrollarla en manos de profesionales. Ir a precio y acabar en manos de vende humos no sólo les darán muy probablemente resultados mediocres, sino que perjudicaran la imagen de la comunicación y de sus profesionales.