La empatía es un atributo imprescindible para tu agencia de comunicación
A la hora de relacionarnos existen muchos factores que influyen a la hora de hacer progresar o frustrar un negocio y muchas veces no tienen nada que ver con el precio o el producto. Hay factores como la transparencia, la dedicación y el interés que pueden hacer decantar la balanza hacia uno u otro lado, pero sin duda es la empatía la que más éxito proporciona. Cuándo una marca busca una agencia de comunicación debe tener en cuenta muchos atributos: profesionalidad, entrega, experiencia en el sector, etc. pero también debe buscar que entre ella y los profesionales que gestionarán su reputación haya entendimiento.
Las agencias deben ir más allá del concepto de negocio y aprender a ponerse en la piel de la empresa a la que van a representar. Conocer sus temores, dudas e ilusiones creará una identificación y una unión afectiva que sin duda repercutirá en el éxito de su trabajo comunicativo, porque se habrá entendido perfectamente cuáles son sus necesidades y será más fácil crear la solución adecuada. En este sentido es imprescindible saber escuchar, hay que » enamorarse» de la marca.
Cuestión de confianza
En ocasiones las compañías se muestran reticentes a dar según qué datos a las agencias de comunicación por temor al uso que se le vayan a dar. Esta falta de confianza puede solucionarse con sinceridad y honestidad, la empresa tiene que entender porque se le demandan esas cifras y cómo, cuándo y a quién se le van a enviar. Si la confianza no existe la relación profesional no prosperará, porque es necesaria para crear un buen clima laboral y mejorar la productividad.
Cuándo una agencia conecta empáticamente con un cliente llega a conocer sus puntos fuertes y débiles, lo que le servirá para crear estrategias de comunicación que ensalcen sus virtudes y escondan sus debilidades.
Subjetiva e intangible
Ser o no ser empático es una cuestión personal, hay personas a las que no les cuesta nada conectar con el prójimo y otras a las que les supone un gran esfuerzo meterse en zapatos ajenos. La empatía no se puede medir pero sí se puede aprender a desarrollarla. Por ejemplo, en una reunión es importante que los interlocutores se miren a la cara, nada de esconderse detrás de un ordenador o pasarse el rato copiando palabra por palabra lo que se ha dicho, porque entonces no se puede producir ninguna conexión emocional. Hay que demostrar interés.
El lenguaje corporal también indica si hay o no empatía. Gestos como el de asentir con la cabeza, no poner grandes distancias entre los interlocutores, mirar a los ojos o sonreír sirven para crear un clima más cómodo y cercano.
En definitiva, al margen de diseñar planes de comunicación, redactar notas de prensa o gestionar las redes sociales, las agencias de comunicación también deben de ejercer de psicólogos con sus clientes. Sólo así se logra avanzar de la mano en la consecución de los objetivos fijados.