Los 8 requisitos indispensables para ser un buen asesor en comunicación
Los que nos dedicamos al mundo de la comunicación nos encontramos con perfiles muy diversos a los qué aconsejar y podemos decir que una de las preguntas que no suele faltar es la siguiente: «¿Qué debe tener el experto/agencia de comunicación para ser un buen asesor?«. Puede parecer una cuestión sencilla de responder pero no es así. Cada persona es un mundo y cada empresa tiene unas necesidades diferentes dependiendo del sector en el qué se mueva, de su tamaño, del ciclo de vida en el qué se encuentre y de los objetivos que se haya marcado. No obstante, creemos que podemos listar una serie de cualidades (personales y profesionales) básicas que no deben faltar en todo asesor en comunicación.
- La pasión por la profesión. Ser periodista es una carrera que se inicia por vocación, nadie (o muy pocos) se hacen ricos con ella, por lo que los que estamos dentro lo hacemos porque la magia de la comunicación nos ha cautivado. Sin esa pasión es muy difícil superar determinadas situaciones en las que nuestro trabajo es cuestionado por personas que carecen de formación para ello y que se limitan a exigir resultados medibles y cuantificables. Una demanda que es un ejemplo claro de qué no entienden nuestro mundo, por qué estamos hablando de credibilidad, visibilidad, confianza… atributos que no se pueden contabilizar.
- Un ojo que detecta lo qué es noticia. Un experto en comunicación es capaz de sacar un listado de temas noticiables de una simple conversación con su cliente. Porque sabe hacer las preguntas adecuadas para extraer datos que a simple vista no parecen relevantes pero que redactados de una forma interesante pueden llegar a acaparar las portadas. Esto implica que el consultor establezca una relación continuada y regular con su empresa y que esté siempre al tanto de todos los movimientos que realice la compañía. Sólo con un contacto regular el periodista podrá proponer entrevistas, reportajes y artículos de opinión que posicionen a la marca en los medios más allá del envío de una nota de prensa.
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- Mente abierta y creativa. En el mundo de la comunicación siempre hay sobresaltos a los que hay que enfrentarse de forma rápida, eficaz y creativa. Muchas veces una crisis de imagen de marca puede salvarse con acciones originales que contrarrestan las críticas vertidas.
- Mano izquierda y empático. Si un experto en comunicación no es capaz de meterse en la piel de la pyme que representa ante no será capaz de hacer un trabajo eficaz. Debe entender sus puntos fuertes y flaquezas, conocer sus miedos y ambiciones y también ser flexible para adaptarse a los cambios de mercado que puedan hacer variar o cambiar totalmente la estrategia trazada. Una mano izquierda y una empatía que debe de ejecutar con la misma destreza ante sus contactos en los medios de comunicación. Debe respetar el trabajo de sus compañeros periodistas y no ponerles trabas porque a fin de cuentas ambos se necesitan.
- Capacidad organizativa y de liderazgo. No basta con diseñar una hoja de ruta, también hay que saber coordinar equipos, repartir tareas y dar las instrucciones necesarias como para que el resto del equipo se sienta motivado y a la vez reconocido. Y si toca enfrentarse a la directiva de la empresa para hacer valer su opinión, tendrá que hacerlo. El experto es él y si no la aceptan, no le quedará más remedio que acatar lo que decida el cliente pero siempre y cuando se le haya explicado previamente las consecuencias comunicativas que pueden esas acciones para la marca. La coherencia y la sinceridad son básicas.
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- Siempre en constante formación. Cada día surgen nuevas herramientas y plataformas que pueden ayudar a simplificar las tareas diarias de todo experto en comunicación y facilitarle la difusión de sus marcas. Por otro lado un mismo consultor puede estar hoy asesorando a una empresa que vende mariscos y mañana a una cementera, lo que significa que debe estar abierto a conocer e investigar sobre nuevos mercados. Por ello es casi obligatorio que el periodista viva en un continuo aprendizaje.
- Buenas praxis con la competencia. Nunca sabemos dónde vamos a trabajar mañana y es importante que un asesor cuide su imagen como profesional. Por ello es importante respetar siempre a los competidores, no jugar sucio e incluso aprender de sus logros.
- Mente analítica. Para poder ejecutar con precisión es imprescindible que se dediquen horas al análisis de resultados. Sólo detectando qué ha funcionado y qué no se pueden modificar los caminos trazados en buscas de mejores resultados.
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