Qué deberían aprender los hombres de las mujeres si optan por el teletrabajo
Por mucho que nos empeñemos en decir que hombres y mujeres somos iguales, aún existen ciertas diferencias, fruto de la educación que nos han dado, que marcan una línea entre la forma de hacer de unos y de otros. Por ejemplo, en el campo del teletrabajo las mujeres se adaptan mejor a esta clase de modalidad laboral. Vamos a ver las razones:
–Conciliación y multitarea. Las mujeres están más acostumbradas a lidiar diferentes batallas a la vez, que si el cuidado de los hijos, de los mayores, las tareas del hogar… Esta capacidad mágica para llegar a todo les permite adaptarse mejor al rol de trabajar desde casa, en cambio a los hombres les cuesta más organizarse y mantener una disciplina fuera de la oficina.
-Capacidad para pedir ayuda. El trabajar desde casa obliga a ser muy responsable pero sin perder el contacto con el resto del equipo. A las mujeres les cuesta menos el admitir que necesitan ayuda porque no lo ven como una falta de capacidades por su parte.
Nadie nace enseñado y el reconocerlo e intentar poner solución a ello facilita la consecución de objetivos. Las empresas acostumbran a equipar la casa de sus empleados cuando estos ejercen el teletrabajo y aprender a sacar provecho de estos recursos tecnológicos permite ser más eficaz y productivo.
-Mayor capacidad de comunicación. Las mujeres tiene una gran capacidad para relacionarse con terceros, les cuesta menos entablar una relación y estas habilidades sociales son imprescindibles a la hora de hacer networking y de captar nuevos clientes.
La mayoría de los contactos que se hacen trabajando desde casa son vía telefónica, por ello es importante que el interlocutor tenga facilidad para expresarse y llegar a los otros. Un dato, la mayoría de las agencias de comunicación están formadas por mujeres, por algo será.
-Trabajo en equipo. Los hombres están educados -desgraciadamente- para competir, les cuesta ver que una empresa será más productiva si está formada por un equipo de colaboradores y no por un grupo de rivales. En cambio, la mujer se siente más cómoda rodeada de compañeros y fomentando las cualidades de cada uno de ellos en beneficio del bien común.
-El ego. Diversos estudios demuestran que la autoestima femenina se compone de un grupo de relaciones que giran en torno a la familia y el trabajo, en cambio los hombres tienden a valorarse primero como profesionales y medir su felicidad en función de ese éxito. Esta actitud puede dañar su labor profesional si la desarrolla desde casa, dónde a simple vista parece más difícil demostrar su valía.
Con todo esto no queremos abrir un debate entre qué sexo es mejor, sino que nuestro objetivo pasa por destacar aquellas cualidades femeninas que todo hombre debería adoptar para ser más eficiente. Otro día, haremos el ejercicio contrario, queda pendiente.