Saber comunicar es un arte al alcance de todos
Nos pasamos la vida comunicándonos, ya sea vía presencial, online, a través de los gestos o con palabras. La comunicación es un campo muy amplío que debemos cultivar para mejorar las relaciones con nuestro entorno, pero si además nuestro día a día laboral nos exige estar dando explicaciones o argumentando a cada minuto es imprescindible tener claro cómo hacerlo.
Para un directivo, comunicar implica transferir una idea/visión capaz de influir en la conducta de una persona, de su equipo e incluso ir más allá y tener relevancia fuera de su empresa u organización, ya que a menudo se tendrá que entrevistar con proveedores, clientes o medios de comunicación a través de diferentes canales (teléfono, internet, cara a cara, etc.). Por lo que es necesario que cuente con los recursos comunicativos necesarios si quiere salir airoso y transmitir correctamente los mensajes deseados.
Muchos dirán que el buen comunicador nace no se hace, pero eso no es del todo cierto. Como en cualquier otro aspecto de la vida, una persona puede tener una habilidades innatas que le facilitarán ciertos trabajos y otras que puede adquirirlas con formación y tiempo. Además para eso existen cursos y talleres que imparten las agencias de comunicación y que pueden ayudar directivos y emprendedores a hablar en público con éxito.
Antes de iniciar cualquier conversación hay que hacerse las siguientes preguntas:
• ¿A quién voy a dirigirme?
• ¿Qué necesita el otro?
• ¿Qué le puedo ofrecer para solucionar su necesidad o deseo?
• ¿Qué tengo yo que la competencia no tiene?
Responder a estas cuestiones implica un proceso previo de escucha y análisis. No podemos sentarnos frente a nuestro interlocutor sin habernos parado a pensar y haber definido los mensajes que mejor explican nuestro cometido.
Los expertos en comunicación coinciden en destacar que siempre es preferible un discurso directo, conciso, claro y expuesto con seguridad que los adornos superfluos que pueden desviar la atención del contenido principal. Siempre es mejor informar que buscar impresionar a los interlocutores, porque puede otorgarnos una imagen arrogante que lo único que hará será crear un muro entre las dos partes. Los ejemplos suelen funcionar muy bien ya que consiguen que la audiencia visualice lo qué hacemos y rompen la formalidad de la exposición.
Y no podemos olvidar que la inteligencia emocional es un factor importante en la comunicación, sobre todo si hablamos de comunicación interna, ya que permite motivar a los empleados, crear empatía y estrechar lazos, unas características que sin duda ayudarán a impulsar le negocio y liderar cambios organizativos.