¿Se puede hacer comunicación feliz? Sí, se debe

Los clientes buscan experiencias y las marcas tienen que poder ofrecérselas, ya sea vía productos o servicios. Si las empresas logran despertar emociones positivas y satisfactorias a en sus consumidores lograrán tres cosas: primero que efectúen una compra; segundo, que la repitan en un futuro cercano; y, tercero y a largo plazo, que se conviertan en embajadores de la marca y la recomienden a terceros. Una publicidad mejor, más eficiente y económica es difícil de conseguir.

Las agencias de comunicación apuestan por la comunicación feliz, porque saben que la mejor manera de llegar a los clientes es arrancándoles una gran sonrisa. Además la actual situación económica por la que pasa España hace que los medios de comunicación estén saturados de noticias protagonizadas por empresas que cierran, gente que se queda en la calle, embargos, corrupción, etc.

Un listado de malas noticias que se debe combatir a fuerza de positivismo y es por eso que cuando los periodistas reciben una nota de prensa que no habla de negocios que bajan la persiana, sino de proyectos que empiezan, de empresas que triunfan o de iniciativas solidarias, se muestran más que receptivos a publicarlas y hablar de estos proyectos.

Empresas felices

Con la llegada de las tecnologías 2.0 las relaciones entre marcas y empresas se han estrechado, han caído muros y las corbatas han desaparecido para dar paso a un contacto mucho más directo e informal.

En este clima, los usuarios agradecen hablar con empresas que les tratan de tú a tú, que tengan en cuenta sus intereses y que se muestren cercanas.

A los usuarios les gusta seguir a aquellas marcas que se presentan como empresas felices, lugares dónde todo el mundo quiere trabajar y a las que les gusta interactuar con sus clientes. Compañías así son las mejores valoradas en la red, eso sí, por la misma regla de tres son las que más tienen que cuidar su imagen corporativa porque una pequeña contradicción les puede salirles muy cara.

Pulso emocional

Las redes sociales pueden ser una herramienta excelente para medir el estado emocional de nuestros seguidores. La instantaneidad que permite internet hace que muchos se lancen a compartir sus miedos, dudas y alegrías sin pensárselo demasiado y esta información es muy valiosa para las empresas. Con estos datos las marcas pueden adaptar sus acciones de venta y ser mucho más eficaces.

Porque no nos engañemos, puedes tener el producto más innovador, más económico o de más calidad del mercado pero, si no sabes cómo comunicarlo y no tienes en cuenta las emociones de tu público objetivo estarás perdiendo clientes cada minuto que pase.

La clave está en hacer sentir, las marcas tienen que generar experiencias positivas para que los consumidores las recuerden. En resumen, toda estrategia de negocio debería incluir una gran sonrisa. ¿Sonreímos juntos?