10 signos que te hacen sospechar de sufrir Alzheimer

En España se diagnostica este mal unos 3 años después de sufrir los primeros síntomas debido a que se confunden con despistes y coincidencias

 

10-signos-alarma-01Madrid, marzo de 2015.- Unas 800.000 personas en España sufren el mal de Alzheimer, esta cifra se conoce porque uno de cada 10 hogares españoles con un mayor de 65 años tiene un enfermo con esta patología. Esta cifra se doblará en el año 2020 y se estima que dentro de dos décadas sean dos millones los afectados por este mal en nuestro país. Sin embargo, un elevado porcentaje de las personas que sufren Alzheimer aún no lo saben o están infradiagnosticadas. Esto se debe a que los primeros síntomas de esta enfermedad son fáciles de confundir con despistes, coincidencias o los popularmente conocidos “achaque de la edad” o “es que no puedo estar a tantas cosas”.

Se calcula que de media en España, el Alzheimer se diagnostica 3 años después de sufrir los primeros síntomas. Un diagnostico precoz puede servir de ayuda tanto a enfermos como familiares ya que aunque no existe un fármaco que lo cure si hay tratamientos que pueden retrasar hasta 3 años el ingreso del enfermo en una residencia y mejorar su calidad de vida. Además, tener un diagnóstico cuando aún el enfermo es autónomo puede ayudar a organizarse: hacer un testamento vital, decidir sobre su futuro o gestionar sus finanzas antes de su incapacidad.

Para ayudar a ese diagnóstico precoz, según Alzheimer’s Association existen 10 signos de alarma ante los que se debe acudir al médico aunque no se den todos ellos:

  1. Es una de las señales más comunes y conocidas de la edad temprana de esta enfermedad. Por lo general, los “olvidos” corresponden a la información recién aprendida. También es frecuente no recordar las fechas o los eventos importantes.
  1. Algunas personas ya no pueden planificar como antes o seguir un plan. Tampoco, por ejemplo, pueden seguir los pasos de una receta o manejar las cuentas mensuales. Tienen problemas para concentrarse y se vuelven un poco más lentos para emprender las tareas.
  1. Pueden encontrarse con que empieza a costarles completar las tareas cotidianas. Incluso, pueden tener problemas para llegar a un lugar donde solían ir siempre, administrar presupuestos en el trabajo o recordar las reglas de un juego al que han jugado desde siempre.
  1. Las personas con enfermedad de Alzheimer olvidan con frecuencia las fechas, las estaciones del año y el paso del tiempo. Pueden no recordar dónde se encuentran o cómo llegaron hasta allí. La diferencia con los cambios asociados a la edad es que la confusión dura un rato y luego lo recuerdan.
  1. Las dificultades para leer, analizar las distancias y establecer un color o el contraste son algunos de los síntomas. También pueden tener problemas de percepción y pasar por delante de un espejo y no darse cuenta que lo que ven es su propio reflejo.
  1. Los enfermos de Alzheimer pueden tener dificultades para seguir o participar en una conversación. Es frecuente que en medio de la charla se detengan y se olviden de lo que iban a decir, o repitan muchas veces lo mismo. A veces no encuentran la palabra correcta o utilizan términos incorrectos.
  1. Es común que dejen cosas como el mando de la televisión, el reloj, etc. fuera de su lugar y que no puedan recordar sus pasos anteriores para encontrarlas. A veces acusan a otros de robarles. Con el avance de la enfermedad esto puede pasar más a menudo.
  1. Es posible que regalen cantidades exageradas de dinero a alguien que quiera venderles algo. También puede suceder que empiecen a prestar cada vez menos atención a su aseo y cuidado personal.
  1. Poco a poco, van perdiendo las ganas de entretenerse con algún pasatiempo, de encontrarse con amigos, de involucrarse en proyectos o practicar deporte.
  1. Las personas con Alzheimer sufren cambios de personalidad y pueden convertirse en personas confundidas, recelosas, deprimidas, temerosas o ansiosas. También pueden tender a enfadarse más fácilmente.

El Alzheimer es la demencia más prevalente en España donde representa una de las mayores causas de discapacidad planteando importantes dilemas que atañen a la capacidad de decidir. A la complejidad médica se añade la complejidad familiar y social que esta enfermedad conlleva. Para los enfermos, para sus familiares y cuidadores cada día es un nuevo reto.

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