¿Cómo incluir en el aprendizaje los aspectos sociales y emocionales?
por Redacción
en Comunicados de Prensa
Una de las áreas principales de aprendizaje en los primeros años de los estudiantes es el desarrollo personal, social y emocional. Tal y como se destaca desde Oak House School, se trata de que cada niño alcance su máximo potencial, basado el desarrollo del potencial individual, fomentando la curiosidad intelectual y artística además de valores deportivos, que tantos valores aportan.
Tal y como subraya Alison Wylie, jefa de estudios de preescolar Oak House School, “el objetivo es desarrollar la personalidad individual del niño y forjar una identidad propia, basada en valores como la honestidad, la confianza, actitud positiva, tolerancia, respeto, sentido de responsabilidad social y el deseo de llevar una vida saludable y sostenible”.
En este sentido, la experta advierte de la importancia de inculcar valores, “inculcar estos valores en los primeros años de escolarización propicia el acercamiento de los niños al mundo con una mentalidad abierta”. Hay varias vías, una de ellas es la utilización de experiencias de los adultos como modelos de aprendizaje poniendo de manifiesto valores morales y culturales deseables. Por otro lado, es recomendable el uso de los juego de rol, que ayudan a los niños pequeños a dar sentido a las situaciones.
Del mismo modo, es necesario fomentar en el niño la autonomía para afrontar los retos. Se trata de desarrollar alumnos autónomos, que puedan hacer frente a las demandas de una sociedad en constante cambio y afrontando los retos que se vayan presentando en sus propias vidas. Por otro lado, Alison Wylie alerta de la importancia del éxito y fracaso como vías de aprendizaje, “es muy positivo animar a los alumnos a ver situaciones que impliquen un conflicto, valorando el éxito y el fracaso, como oportunidades de aprendizaje, lo que les ayuda en su desarrollo personal”.
La empatía y la autoconfianza también son dos aspectos que se deben fomentar para el desarrollo social del niño. En este sentido la experta aconseja “alentar a los alumnos a jugar de forma cooperativa, turnándose con otros, es una buena forma de mostrar sensibilidad a las necesidades y sentimientos de los demás, estableciendo así relaciones positivas con los adultos y los compañeros”. Algo que les ayuda también a tener empatía y autoconfianza es hablar de sus ideas y expresarlas, “una fórmula es la celebración de asambleas y debates donde pueden presentar y discutir los valores, desafiando opiniones negativas o el fomento de estereotipos mediante el diálogo”. Es de vital importancia que este tipo de educación se comparta de la misma manera en casa con los padres, que juegan un papel fundamental en el desarrollo personal y social del niño.
Los niños necesitan que se les guíe y se les ayude para aprender a detectar comportamientos inaceptables o ajustes de conducta a las diferentes situaciones y aprender a pensar en las consecuencias de sus actos. El razonamiento junto con dosis de disciplina suave son parte de las claves. Por último, es muy beneficioso reforzar los valores positivos de los niños mediante el reconocimiento de los mismos.