Cuatro gestos diarios que nos hacen derrochar más de 20.000 litros de agua al año
Lavarse los dientes, esperar a que salga agua caliente… son rutinas diarias que todos realizamos y que, de forma inconsciente, hacen que malgastemos una gran cantidad de agua y, por tanto, se incremente el coste. Desde Smartwater se dan las claves para que esos gestos no pasen factura
“Agua es vida”, de eso, no cabe duda. Sin embargo, el progreso del ser humano ha llevado a un cambio climático, a la extinción de los recursos, lo que ha propiciado menos lluvias y menos bosques. En consecuencia, menos agua… menos vida. A pesar de los últimos datos, el agua sigue siendo un bien escaso en muchas zonas por lo que, tal y como se afirma desde IDI, compañía que ha desarrollado el dispositivo Smartwater®, es de vital importancia aprovecharla y no desperdiciarla. En nuestra vida cotidiana llevamos a cabo una serie de gestos que hacen que malgastemos agua y, que, por tanto, se incremente el coste que pagamos por ella. Smartwater® analiza cuáles son esas rutinas y cómo es posible modificarlas para evitar ese malgasto.
Lavarse los dientes
Diariamente en nuestras casas, de manera inconsciente desperdiciamos agua de muchas maneras: al asearnos, en las cisternas, al fregar los platos, en las duchas, en el riego de nuestras plantas y un bastante largo etc. Uno de los casos más comunes es del lavarse los dientes. Por ejemplo, si se usara un vaso para el enjuague, se gastaría poco más de medio vaso de agua, entre 150 y 200 ml aproximadamente. Sin embargo, “al usar el grifo, y aunque solo sea durante los dos minutos de media que se emplean en el lavado, se dejan correr unos 6 vasos de agua, o sea el desperdicio es de al menos 5 vasos, 1,2 litro aproximadamente”, alertan desde IDI. Si se considera una vivienda con 3 personas y dos cepillados diarios, hablamos de que el desperdicio es de unos 2.600 litros de agua al año.
Lavarse las manos
Por otro lado, otro de los gestos rutinarios que hacen que se gaste mucha agua es la hora de lavarse las manos. Lo más normal es que no se cierre el grifo mientras se enjabonan las manos, para, después, enjuagarse. En este breve momento, se deja correr por el sumidero de media 0,5 litros de agua sin utilizar. Sin duda, lavarse las manos es una acción que se repite muchas veces a lo largo del día, especialmente si tienen niños y, aunque, no se pueda contar con una estadística razonable sobre este gesto, es fácil intuir que son miles los litros de agua desperdiciados a lo largo del año.
El uso de la cisterna
La cisterna también es fuente de gran desperdicio de agua pues están diseñadas según la estética de la abundancia en una época en que no se pensaba en las restricciones ni al uso responsable. Si se tiene en cuenta que la mayoría de las utilizaciones se debe a residuos líquidos, con apenas un litros y medio bastaría para eliminarlos. Sin embargo, las cisternas tienen una capacidad pensada para los residuos sólidos y aunque la mayoría ya cuenta con dos alternativas de uso, se siguen utilizando de media 1,5 litros en exceso con los residuos líquidos. “Con solo 4 usos diarios en estas condiciones, se llega fácilmente a otros 2.000 litros de agua desperdiciada anualmente por una vivienda” destacan desde IDI.
Esperar a que salga el agua caliente
Sin duda una de las acciones en las que el desperdicio es particularmente grande es el momento de usar el agua caliente. “Estamos tan acostumbrados con el gesto que ni siquiera nos damos cuenta, pero cada vez que necesitamos agua caliente, abrimos el grifo o la ducha y tenemos que dejar fluir toda el agua fría que se encuentra en la tubería hasta que llegue el agua caliente”. Esto se hace de forma mecánica y no se es consciente de que en esos pocos instantes en los que se espera la llegada del agua a la temperatura adecuada, se está tirando por el sumidero una media de 12 litros de agua potable. Esto, sin contar que, si en ese tiempo nos ponemos a hacer alguna cosa o suena el teléfono o tenemos algún otro “despiste” empezaremos a tirar también agua caliente aumentando el desperdicio de agua y de energía. Esta agua que tiramos en estos momentos es tal, que representa el 40% del agua consumida diariamente por una persona.
Este también es un desperdicio de los más difíciles de controlar y minimizar pues es inevitable que exista una cierta distancia entre el punto donde se calienta el agua, sea cual sea el método, y los puntos de utilización del agua caliente (lavabos, pilas, duchas, etc.).
IDI ha desarrollado un sistema, Smartwater®, que ayuda a evitar este desperdicio de agua en el momento en el que se espera a que salga caliente. El invento, desarrollado por los fontaneros Rafael Rodrigo y Francisco Pelegero, permite ahorrar más de 20.500 litros por persona al año, hasta un 40% del consumo de agua. IDI prevé facturar 2 millones de euros en su primer año de actividad. El sistema está avalado por un informe técnico de la Universitat Politècnica de València. El ahorro que constata este informe es de en torno al 40,6% del consumo de agua total y un ahorro energético de alrededor de un 33.8%. Al mismo tiempo, reduce las emisiones de CO2 hasta un 34,8%.
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