El boom de los podcasts corporativos: la nueva arma de marketing para empresas
Lo viejo es moda otra vez en el mundo del marketing. Este es el caso de los podcasts, cuya aventura empezó en 2005 en pleno boom de los blogs, y que ahora están bajo una luz completamente nueva. A pesar de existir más allá de una década, en los últimos años se ha creado una infraestructura financiera y logística que soportan los podcasts como negocio.
Datos del estudio PwC’s Global Entertainment & Media Outlook 2018-2022 reflejan que los ingresos en este sector crecerán a una tasa anual de alrededor del 30% entre 2018 y 2022. Incluso cuando algunos expertos advierten sobre una burbuja en la producción y distribución de los podcasts, está claro que se está produciendo un auge de su popularidad y cambios en las estrategias de las empresas de marketing.
En el mundo empresarial, las marcas no son ajenas a los podcasts. Con el aumento repentino de popularidad de los podcasts en los últimos años, las empresas, las marcas y las corporaciones están considerando seriamente su incursión en esta forma de comunicación por la increíble influencia que ofrecen para difundir su mensaje frente a millones de personas.
“Cada marca tiene una historia. Ha tenido un comienzo. Un impulso para comenzar y una misión de lo que se han propuesto cumplir. Además, quieren que sus inversores, empleados y consumidores conozcan esa historia y se apasionen por ella. Es por eso por lo que están buscando maneras de hacer que la gente se involucre. Pero el desafío en los negocios y el marketing siempre ha sido encontrar una forma eficiente y efectiva de difundir ese mensaje ante posibles clientes”, explica Juan Cano, responsable de Audio Marketing, quien añade que “en el pasado, los medios impresos y de radiodifusión eran el objetivo, pero para muchos hoy en día, los podcasts parece ser una solución real en una sociedad incesantemente conectada. Debido al poco tiempo que tenemos, los podcasts permiten consumir información y entretenimiento mientras realizamos otras tareas como ir a trabajar o hacer deporte”.
Con frecuencia, la participación de las compañías se limita al patrocinio del podcast; pero las empresas también están empezando a producir sus propios podcasts como es el caso de BBVA, K Fund, Reason Why o Fisher Price. En este segmento son más que una simple palabra de moda y es que hay algunos aspectos importantes detrás de los podcasts a los que las compañías deberían prestar atención.
“Los podcasts de marca aportan un valor real al oyente, que es algo que las campañas de marketing y publicidad a menudo luchan por hacer. Nadie quiere escuchar un podcast de 10 episodios sobre lo maravillosa que es una empresa, pero podemos crear un programa sobre lo que significa tener éxito… Eso atraerá exactamente a la clase de personas a las que la compañía quiere llegar», señalan desde Audio Marketing, empresa especialista en la producción de podcast corporativos.
Algunos de los podcasts empresariales más difundidos son ejemplares y han elevado el listón en cuanto al contenido; además, han creado vínculos profundos con el público y han sido un impulso en el objetivo de dar difusión de la marca. Un anuncio televisivo o en una red social es una forma adecuada de promoción, pero tan sólo dura 30 segundos, pero si una empresa tiene un mensaje más amplio que quiere transmitir, un podcast que cuenta una historia en varios episodios o presenta voces y personajes recurrentes, es una opción mucho mejor para una compañía. Los oyentes pueden moverse y convertirse en clientes según los vínculos formados en Spotify, iTunes o iVoox donde obtengan su corrección de audio.
“Lo cierto es que los podcasts están aumentando en popularidad, son rentables, están obligados a tener un alto retorno de la inversión y, lo que es más importante, ofrece a las personas la oportunidad de tener una mejor comprensión y perspectiva sobre una marca. Lo que estamos viendo es que las principales marcas están recurriendo a los podcasts porque saben que pueden marcar la diferencia”, afirma Juan Cano, responsable de Audio Marketing.