El uso del transporte público sube un 35% tras el alza de la gasolina, una tendencia que aumentará en los próximos meses
Entre las restricciones al vehículo privado en las grandes ciudades y los aumentos del precio de gasolina y diésel, el uso del transporte público es cada vez una opción más interesante, cuando no obligada, para muchas personas. Tren, metro, bus… han sido de los pocos que han salido reforzados del desproporcionado incremento del precio de los combustibles.
“Los precios se han desbocado y eso se ha traducido en un aumento del número de viajes en metro y autobús en todas las regiones de España, así como en un descenso notable del número de viajes en transporte privado”, explica Nicolás Capablo, CEO de Capmar.
En este sentido, Nicolás Capablo añade que “todo hace presagiar que la tendencia aumentará en próximos meses dado a que los expertos prevén que la crisis sobre el precio de los combustibles continúe e, incluso, se agrave llegado el otoño y el invierno”.
Pero no solo estos medios se han visto reforzados. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al mes de mayo, el uso de los medios de transporte urbano aumentó de forma generalizada, en coincidencia con el elevado precio de los combustibles, hasta un 34,7% más con la suma de 236,8 millones de trayectos. El transporte urbano en autobús aumentó en un 29,2% el número de viajeros y el metro, un 43% de media en España.
En este escenario y en la carrera hacia la cero contaminación y la bajada en el consumo eléctrico, los expertos de Capmar apuntan que la instalación de servicios sostenibles y prácticos en las paradas de autobús y de metro supondría un ahorro energético y económico. En concreto, una parada de autobús tradicional digitalizada vierte cada año 1.098,85 kg de dióxido de carbono y consume una media anual de 2.289,60 kWh, unas cifras relevantes y a rebajar por los consistorios si su objetivo es reducir la contaminación y bajar sus facturas.
Existen soluciones inteligentes, como las de Capmar, que funcionan 100% con energía solar y ofrecen un servicio completo para que el ciudadano se decida a usar el transporte público y un ahorro de 800 kg de emisiones de CO2 al año frente a una convencional. “Estas estaciones inteligentes son autónomas respecto a la red eléctrica ya que se abastecen energéticamente mediante una placa solar fotovoltaica con suficiente autonomía y mínimo consumo. Asimismo, cuentan con un acumulador de energía que les permite seguir dando servicio durante la noche”, señala el consejero delegado de Capmar.
Todo esto facilitaría el uso del transporte público, lo haría más accesible, cómodo y práctico para soportar e incrementar el número de usuarios. Además, el cambio climático es ya una realidad, por lo que es necesario que se trabaje en la descarbonización de las áreas metropolitanas y debemos de seguir apostando por el transporte público colectivo.