La eterna lucha de los administradores de fincas ante la morosidad
Durante la crisis sufrida en España, la morosidad ha cobrado especial protagonismo, un tema que preocupa actualmente a los propietarios de pisos que sí pagaban sus cuotas. Hoy en día siguen existiendo estos pisos morosos que no pagan por la escalera, y utilizan el rellano, las terrazas o el ascensor. Es decir, hacen uso y disfrute de zonas y servicios comunes; espacios que los demás vecinos pagan con sus respectivas cuotas. Y la ley no permite prohibírselo, aun cuando en algunas ocasiones son morosos desde hace años.
Si nos ceñimos a la ley, la morosidad tiene ciertos aspectos a su favor respectos a otros incidentes. Acorde a Jesús García, CEO del Grupo EGO, una Administración de Fincas puede encargarse de la gestión de cobros de los recibos de la comunidad y, en caso de haber problemas, “se procedería a la reclamación de impagos vía amistosa o judicial”. También relata que han tenido casos de “comunidades de vecinos que nos han suplicado que les ayudemos con los morosos”.
Entidades bancarias propietarias de viviendas morosas
Mención aparte merecen las viviendas que son propiedades de entidades bancarias que, aun teniendo recursos para pagar las cuotas, retrasan el pago de las mismas lo máximo posible, causando en ocasiones graves perjuicios a las comunidades. No obstante, cuando el moroso es un banco, se puede cobrar de forma sencilla se si sabe cómo actuar en estos casos. “El Grupo EGO, por ejemplo, puede iniciar los trámites judiciales sin necesidad de que la comunidad adelante cantidad alguna, cobrando posteriormente las costas al moroso al que se le está reclamando”, resalta Jesús García.
Evolución de la morosidad de comunidades de propietarios en España
Hace unos meses el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE) nos dio a conocer los datos de morosidad respecto a las comunidades de propietarios en España de 2017, reflejando que se había reducido hasta los 1.601 millones de euros. Esto supone una reducción por segundo año consecutivo del impago por morosidad soportado por las comunidades, con una disminución del 3,88% de los 1,665 millones de euros de 2016.
En 2014 la morosidad subió un 12%, y continuó subiendo otro año más, aunque a un ritmo mucho menor. Y en 2016 bajo un 8%, lo que supone que en 2017 también se haya visto una mejora considerable, aunque a una menor proporción. Salvador Díez, presidente del CGCAFE, declaraba que esta tendencia continuaría durante 2019.
Muchos vecinos han podido abonar parte de sus deudas con la comunidad de vecinos, o cancelarlas, gracias a la mejor de la situación económica. Sin embargo, el importe medio de mora en cada finca es de 1.065 euros, y el 38,43% de las fincas aún tenían morosos a finales de 2017. Además, el 7% de las comunidades están pendientes de recibir pagos por parte de las entidades financieras. Sin embargo, hay que ser cautos y esperar a la resolución de este informe del CGCAFE del año 2018 para obtener datos más concluyentes.
Esta situación no viene sola, sino que hay que compararla en un contexto en el que la tasa de morosidad de los bancos españoles también ha ido disminuyendo a lo largo de los meses. En octubre de 2018 bajo hasta el 6,08%, lo cual supone el nivel más bajo desde enero de 2011, muy lejos de su máximo en diciembre de 2013 con el 13,61%.
Resolución de problemas antes de que surjan
De igual modo ocurre con todos aquellos problemas que no se desean en las comunidades de propietarios, donde hay que realizar un “seguimiento de cualquier incidencia que pueda surgir hasta su resolución”, declara Jesús García. Pero él va más allá, y plantea la resolución de los problemas antes de que surjan, a través de una correcta gestión de las cuentas y asesoría laboral y jurídica, para, de ese modo, prevenir estas incidencias tan poco deseadas.
En este caso, EGO Asesores posee una franquicia de administración de fincas, en la que ofrece a sus administradores franquiciados una APP de gestión de incidencias para hacer este correcto seguimiento, además de “ofrecer un soporte jurídico y formación continua” para tener bien cubierta esta parte.