La inversión en un proyecto emprendedor empieza con la formación
Un emprendedor debe tener una visión amplia de su negocio, desde entender la propuesta de valor de su producto o servicio, hasta la forma en que lo da a conocer a su público objetivo y lo convence de su compra, pasando por saber cómo gestionar sus finanzas. Para lograr todo esto, la formación se convierte en un recurso fundamental, pero no es tarea fácil.
Según explica Giovanni Giusti, director del Master en Emprendimiento e Innovación del Tecnocampus-UPF, la formación de un emprendedor no empieza y finaliza aquí, también se le puede enseñar (y él debe aprender) a lidiar con proveedores, aliados estratégicos, a conocer leyes, a trabajar en equipo, con inversores y consigo mismo. “La toma de decisiones, los aciertos, los errores, la adrenalina, la frustración y la visión que le ayuda a auto convencerse del camino que debe seguir y con el cual inspirar a toda la gente a su alrededor, son aspectos claves en el día a día”.
Bajo este amplio panorama de aprendizaje se puede visualizar toda la formación que debería recibir un emprendedor y catalogarla en dos grandes áreas, las denominadas hard y soft skills, esas habilidades que todas las personas poseen y que le permiten forjar un carácter como profesional. Las hard skills o “habilidades duras”, se relacionan con el conocimiento de una persona más fácil de medir, como por ejemplo sus estudios o su experiencia laboral. Por otro lado, las soft skills o “habilidades blandas”, hacen referencia a las características más humanas, personales o relacionadas con el comportamiento de una persona. Para un emprendedor podría suponerse que estas últimas le impulsan a tomar la decisión de emprender, al tratarse de esas características personales de motivación, de asumir riesgos, de detectar una oportunidad y de demostrar confianza. En cambio, las hard skills se encargarían de que ese nuevo emprendedor cuente con el conocimiento necesario para que su emprendimiento sobreviva. El profesor Edward Lazear, de la Universidad de Stanford, en su publicación Balanced Skills and Entrepreneurship, publicada en la prestigiosa American Economic Review (2004), demuestra como los emprendedores, para ser exitosos, deben ser personas generalistas, no necesitan ser expertos en una sola habilidad, deben ser lo suficientemente buenos en todo un set de habilidades que permitan que su negocio no falle.
Así pues, asegura Giusti, la formación de un emprendedor debe ser completa y balanceada, porque “su éxito depende de tener el set de habilidades correctas y necesarias para su supervivencia”. Por tomar en cuenta todo este contexto, dentro del mundo académico destaca al Máster en Emprendimiento e Innovación que ofrece el Tecnocampus, titulación oficial de la Universitat Pompeu Fabra, convirtiéndose en uno de los programas de emprendimiento profesional más sobresaliente de Europa gracias a la profundidad y precisión de su contenido académico.
Para el director de este programa, el máster está diseñado para potenciar las competencias de los emprendedores con el objetivo que cada estudiante identifique las suyas propias, se pueda trabajar en el fortalecimiento de estas y en la mejora de las más débiles, siempre enfocados en el marco del emprendedor de futuro. Como resultado, el emprendedor consigue controlar el conocimiento más tangible (hard skills) y las características más humanas (soft skills), tanto las suyas como las de aquellos que tengan relación con su proyecto.
“Los emprendedores trabajan en equipo, y cada equipo es la suma de un grupo de personas con todas las características que esto incluye. El saber trabajar todas estas condiciones permitirá equipos de trabajo más eficientes en la búsqueda de sus objetivos, y la importación de los equipos en el emprendimiento es capital. Los mejores inversores aseguran que no se invierte en el proyecto, se invierte en el equipo, pues la mejor idea en un mal equipo no tendrá el alcance que un buen proyecto en manos de un equipo potente.
Son momentos de cambio para el mundo en general, y los emprendedores deben formarse en todo ese set de habilidades que aumenten su probabilidad de éxito, de aquí la importancia de adquirir esas habilidades hard y soft, y sobre de todo, de rodearse de un entorno que le ayude a prepararse para el futuro.
La undécima edición del Master de Emprendimiento e Innovación del TecnoCampus-UPF tiene plazas limitadas y ya se han abierto las inscripciones. Dará comienzo en octubre de este año y finalizará en julio de 2021. Es presencial y se imparte los lunes, miércoles y viernes, de 18h a 22h, y uno o dos sábados al mes.
Más información en https://www.tecnocampus.cat/es/master/emprendimiento/presentacion