¿Cuándo y cómo una marca debe cerrar sus perfiles sociales?
por Redacción
en Estrategias
El «porque toca estar» o el «porque todo el mundo tiene» no son razones suficientes para que una marca se lance de cabeza al universo social media. Primero hay que reflexionar, entender para qué sirven las diferentes plataformas, ver cuál de ellas se ajusta mejor a cada modelo de negocio, asegurarse que el público objetivo es usuario de ellas y observar qué hace la competencia. Estos serían los pasos previos que desde Agenciasdecomunicacion.org aconsejaríamos a cualquier empresa que se estuviera planteando abrir perfiles sociales.
Una vez se han tenido en cuenta estos factores toca diseñar una estrategia digital e integrarla al plan de comunicación existente, fijando unos objetivos comunes, los mensajes a comunicar, así como el tono y el lenguaje que se emplearan. Estos serían los elementos indispensables para que la creación de una identidad digital que ayude a generar una comunidad de seguidores y aumente de la visibilidad de la firma.
Este ejercicio de reflexión evitará que muchas compañías inviertan tiempo y recursos en redes sociales que no les aportan nada. Además entrar y salir no ayuda a la imagen de una empresa, puesto que demuestra una cierta dejadez en los entornos sociales y puede confundir a sus usuarios.
Tirar la toalla a la quinta, por lo menos
No existen las recetas mágicas en el terreno de los social media, lo que a una compañía le puede funcionar a otra no, por lo que es importante replantearse las estrategias, cambiar los temas a tratar, averiguar qué quiere nuestra comunidad, apostar por otros formatos y tener paciencia. Uno no puede rendirse si después de colgar 4 posts no recibe comentarios o un me gusta. Antes de tomar la decisión de retirarse y desaparecer hay que intentar salvar la situación.
Pero si llegados a este punto y después de haberlo intentado todo no aparecen los resultados, tampoco hay que crucificar a nadie abandonar. Somos humanos, todos nos equivocamos y rectificar es de sabios. Con esto no queremos decir que si a una marca no le funciona su estrategia en Twitter tenga que olvidarse para siempre del entorno digital, sino que debe reorientar su estrategia en busca de aquellos canales en los que puedan obtener mejores resultados.
Y lo más importante, este cambio de rumbo tiene que ser explicado a la comunidad, de forma abierta y sincera para no crear una ruptura insalvable con los usuarios. Un esfuerzo que algunas marcas no ven necesario y por ello optan por dejar de actualizar sus perfiles y dejarlos morir, pero este no es el camino más recomendable porque los seguidores pueden sentirse menospreciados y generar una repercusión negativa en la imagen de la marca.