La cultura digital aún no forma parte de la rutina de las pymes

city-291099_640Los argumentos que esgrimen las pymes a la hora de apostar por las redes sociales van desde el «porque allí está el cliente»,  hasta «porque me ayudará a vender más», pasando por el «todo el mundo tiene Twitter, yo también quiero». Sin duda de estas tres afirmaciones sólo la primera demuestra que ha entendido el papel de los social media.  Si bien es necesario que las empresas sean activas digitalmente, también lo es que sepan que no tienen que contar con perfiles sociales en todas las plataformas de moda, sólo en aquellas que por su modelo de negocio les interesa estar. Como también es importante aclarar que, por estar en internet una marca no va a vender más porque no es su objetivo, su tarea es la de aumentar la visibilidad de la compañía y hacer que cuándo alguien la busque la encuentre y se genere una imagen positiva de ella.

 
Una vez dicho esto, en Agenciasdecomunicacion.org nos hemos encontrado con muchos  directivos que defienden la importancia de implantar una cultura digital, pero a la vez no facilitan su integración en la compañía. La mayoría de ellos no cuenta con un blog personal, ni con perfiles activos en Linkedin.  Una actitud que supone un freno para la evolución de las empresas hacia un estado 2.0.

 
Los inconvenientes
Las trabas de los dircom no tienen nada que ver con una falta de conocimiento, en muchos casos admiten que contar con perfiles sociales corporativos tiene sus ventajas porque mejora la relación con el público objetivo, con los trabajadores y además favorece la creación de una reputación de marca. No obstante, hay otras razones que para ellos pesan más y evitan que la digitalización se lleve a cabo.

 
Una de las excusas más esgrimidas es la falta de tiempo. Consideran que estar en las redes sociales implica una inversión de horas y que ellos no disponen de ese tiempo libre y, en algunos casos, ni les apetece disponer de él para estas tareas. En este aspecto sólo hay una solución y pasa por contar con una agencia de comunicación o un community manager interno que se encargue de estas gestiones de forma profesional.

 
También es ciertos que hay otros aspectos como la dificultad para medir el retorno de la inversión en social media que aleja a las marcas de la red. Además para muchas marcas el tener presencia en internet supone un riesgo para su imagen que no quieren correr. Un planteamiento que es erróneo puesto que actuando así no van a evitar que terceras personas hablen de la empresa, al contrario, lo que conseguirán será no poder defenderse.

 
Así que la mejor respuesta a este miedo es apostar por la formación, si los directivos logran entender las ventajas y las reglas de juego de los social media podrán desarrollar una estrategia de comunicación digital eficaz.

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